miércoles, 17 de noviembre de 2010
TU HERENCIA, MAGA: KARMA FAMILIAR
Estaba durmiendo, o algo así, y de repente lo entendí. Sobre toda la casta que lleva nuestro apellido, ha caído una pesada herencia o un lamentablemente karma. Un karma familiar.
¿Y cómo se sale de él, qué se puede hacer?, me acuerdo que me preguntaste. No, nada, maga.
Los karmas son promesas y sencillamente, se cumplen.
En un segundo pude ver tu cara, papá, y la tuya, abuelo. Y entendí, que ese señor con cara de bueno, y que tanto quise, -tu abuelo, maga-, tal vez era algo más de lo yo que pensaba.
Qué clase de pacto pudo hacer él y por qué....o por quién? A qué alma encadenó y para siempre?
En otro segundo me pude ver yo, a mi hermana, a mis primas, a mis primos, a mis hijos. Y pude ver su inmensa soledad. Nadie quiere estar tan solo, pensé.
Y es una clase de soledad que se sobrelleva toda la vida. Hasta que se nos antoja demasiado larga, como a mí en este momento.
Curioso el devenir de las deudas que muchas veces las pagan los que luego vienen.
Nadie quiere quedarse con esta especie de genio de la botella. O nadie puede. O es tan grande la deuda que son varias las generaciones que debemos saldarla.
En vano hubiera buscado ayuda. Esa clase de sujetos que te cobran una fortuna por una "limpieza" o "sanación", seguro que no han pasado lo que nosotros y no podrán ayudarnos.
Sólo hay una cosa que podemos hacer y es romper las cadenas. No sucumbir ante la tentación de ser como ellos, carceleros de almas.
Sé que estás destrozada porque el amor de tu vida ya no te ama, maga.
Sé que sentís que este maldito Karma es lo más injusto que te pudiera pasar.
Sin embargo, nunca sabremos que tan injusta es la vida con nosotros, porque nunca sabremos que tan injustos somos, fuimos y seremos para el mundo.
Dejálo ir. Es probable que al soltarlo, sueltes algo de tu angustia y algo de tu karma.
Te ama siempre.
mamá
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