Me dispongo a abrir mis registros intentando que nadie me moleste. Pero no puedo hacerlo como debo porque, sencillamente no logro seguir todas los pasos, no le veo la utilidad. Entonces voy directamente a la oración final: pido permiso para acceder a mis registros y espero.
Me elevo, me voy, veo mi cuerpo desde lo alto, entonces entiendo que estoy haciendo algo mal, no estoy abriendo registros, estoy desdoblándome y haciendo un viaje astral.
Entoces llego a la playa a donde llego siempre en estos viajes. Estoy afortunadamente sola y es de noche.
Esferas azules y oscuras giran sobre mi cabeza y sobre un mar demasiado sereno.
En ese momento, sucede que auque pregunte siempre lo mismo, y no me contesten, una información errática y confusa baja hacia mí.
Una voz me dice..." hay almas encerradas...quieren salir, no pueden salir, necesitan ayuda...ese lugar no existe, nunca existió". Tienen que salir, por tu garganta"
Me pregunto si es buena idea, finalmente, abrir los registros todos los días, porque es probable que sea mi iconsciente, mal domesticado, que se esté abriendo paso e implorando gritar.
Por otro lado, ¿por qué debería ser yo quien los ayudara a salir?
¿Qué me hubiera aconsejado mi mamá?
La maga